Soy

Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tú
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros.

«Amor se llama el juego»– Joaquín Sabina

Soy la perdida, la desubicada, la que se esconde tras los últimos destellos de sí misma.

Soy quien lleva tiempo sin ser.

Soy quien nunca ha sido quien es.

Soy quien tiene ganas de seguir siendo.

Soy quien tiene ganas de no ser quien es.

Soy la voz agonizante que la ilumina y a la vez la consume sin temor.

Soy la que era.

Soy la que he dejado de ser.

Soy pez fuera del agua.

Soy palabras lejos de ser entendidas.

Soy un idioma inventado.

Soy el idioma que olvidé por completo.

Soy quien no atribuye actos a sus palabras.

Soy quien escribe para no actuar.

Soy quien escribe lo que existe exclusivamente en sus sueños, donde nadie más puede verlo. Donde solo algunas personas llevan la verdad en sus ojos, los demás caminan con los ojos vacíos y engañan con miradas disfrazadas de un color horrible llamado mentira.

Soy quien reconoce a ese tipo de persona.

Soy quien cree que pueden cambiarlas.

Soy quien ha dejado de escribir en sus sueños porque ya no le queda esperanza.

Soy quien seguirá escribiendo aunque las palabras hayan dejado de tener sentido.

Soy quien ha dejado de escribir porque las realidades se vuelven más reales cuando se escriben.

Soy quien tiene miedo de sí misma.

Soy quien tiene miedo de ser otra persona.

Soy quien tiene miedo de sentir demasiado.

Soy quien tiene miedo de no poder sentir suficiente.

Soy quien tiene pavor de despertarse un día y no reconocerse a sí misma.

 

Soy quien un día se mirará al espejo y no sabrá quién es.

Soy quien un día cualquiera, sin saber cómo y sin saber por qué se conformará con lo que tiene.

Y ese día seré feliz.

Pero ese día dejaré de ser yo misma.